Al leer el título de la nota nos imaginamos mil cosas y todos nos sentimos identificados. Sin dudas que cualquier hincha ha hecho alguna locura por Peñarol, porque esta pasión nos lleva a realizar cosas increíbles, que solo los hinchas de este club entendemos. Sin embargo, esta nota habla de lo que hacemos a pesar de las dificultades y adversidades que se nos presentan.

Esta es la historia de Rodolfo Bertolotti, más conocido por todos como “Rodi”. Tiene 40 años, vive en Carmelo y es un gran hincha de Peñarol. Rodi nació sin antebrazos, lo que ha hecho que a lo largo de su vida se le hayan presentado grandes dificultades y obstáculos. Sin embargo, Rodi la peleó desde muy chico, se tuvo que acostumbrar a vivir así y lo hace de una forma que pasa desapercibido para todos. Actualmente trabaja como apuntador en la construcción de Montes del Plata, más precisamente en la construcción del puerto. Uno de sus hobbies es pintar, y lo hace muy bien.

A simple vista causa impacto ver una persona así, pero es solo una impresión, ya que lleva una vida normal como cualquiera de nosotros. Como amigo de Rodi, quiero compartir con ustedes la historia de este peculiar personaje.

¿ A qué edad empezó tu fanatismo por Peñarol?

En realidad yo me hice de Peñarol a los 5 años, porque me atraían los colores. Mi viejo era hincha de nacional y me había comprado todo el equipo: camiseta, short, medias, etc. Desde chico siempre jugábamos al futbol y a mí me gustaba ir de golero, ¿increíble no?, pero me gustaba el arco, y a los 5 años me empezaron a gustar los colores amarillo y negro.

¿Cuál fue el primer partido que fuiste a ver a Peñarol?

Yo no iba mucho, por un tema económico y de distancia se complicaba, pero una vez un amigo que había conocido en la escuela agraria de Florida, que era de Montevideo, me invitó. Fui en 1990 a un partido de la Liguilla Pre Libertadores entre Peñarol y Progreso. Jugaba el Gaby Cedrés y empatamos 1 a 1 con gol de él, lamentablemente quedamos afuera.

¿Cuál fue el gol que más gritaste?

El gol que más grite lo hizo un ídolo de Peñarol pero con la camiseta de la Celeste. Fue el del Profe Bengoechea de tiro libre  en la final de la Copa América del 95 ante Brasil, un golazo, se nos iba el campeonato ahí y la metió donde la tenía que meter. El gol de Peñarol que más grite fue el de la Fiera Aguirre en la final de la Libertadores en el 87, yo era chico, tenía 13 años, pero ese gol fue inolvidable para todos los carboneros que lo recuerdan. Se nos iba el partido, ya estaba entregado y en el minuto final hizo el gol. Me acuerdo que fue el único gol que hizo con pierna izquierda ya que los otros 5 habían sido todos de cabeza.

¿Tenés alguna anécdota que recuerdes relacionada a tus limitaciones?

Tengo una de cuando jugaba al futbol en Peñarol de Carmelo, obviamente, ¿en qué cuadro iba a jugar si no era Peñarol? En uno de los partidos más trascendentes, nos jugábamos el campeonato, yo jugaba de lateral izquierdo, y viene un centro cruzado de derecha a izquierda. La pelota pica y me sobrepasa, y en el fervor, yo le meto el “manazo”, el juez pita y yo me doy vuelta y lo insulté. Le dije “¿qué cobras?, me dice mano, y le respondí, “cómo me vas a cobrar mano si no tengo?”. El juez se río, pero terminó siendo tiro libre para ellos y me amonestó.

Otra anécdota es de cuando jugábamos con el flaco, el Gaby Pereyra de Carmelo, en el mismo cuadro, él era golero, y para hacerle una broma al público nos cambiamos. Primero nos cambiamos las remeras y luego él me ata los guantes a la manga. Salimos a la cancha a calentar los dos cambiados. La gente se reía y miraba, creyeron que era una broma pero cuando empezó el partido arranqué yo al arco. Obviamente unos minutos después cambiamos. Aprovecho a mandarle saludos al Flaco que se debe acordar de ésta y miles anécdotas más.

Cuento otra que no me olvido más. Un amigo mío había contado que se había ido en bicicleta hasta Montevideo, y siempre me quedó esa idea, pero no me animaba a hacerlo solo. Un día se lo comenté a un amigo, en el año 98, yo tenía 25 años. Le dije que tenía ganas de ir hasta Montevideo en bicicleta, me acuerdo que se prendió y después se fueron sumando varios más. Al final fuimos 4, era 20 de setiembre, y salimos. Demoramos 3 días. Habíamos llevado el mate, algo de yerba y frutas para el primer día, luego comíamos lo que pedíamos en las casas o restaurantes. Llegamos hasta Playa Pascual y a uno se le pinchó la bicicleta. Al final nos volvimos en el camión de un conocido que justo pasaba, obviamente nos trató de locos.

¿Cómo surgió la idea de tatuarte el escudo de Peñarol?

El tatuaje me lo hizo el flaco Pereyra, justo había empezado a tatuar y me agarró de conejillo de indias. A mí nunca me llamaron mucho la atención pero me terminó convenciendo. Primero me hizo una “R” encima del brazo izquierdo, y después le dije que si iba a hacer algo bien que me hiciera el escudo de Peñarol, y ahí salió el tatuaje que me acompaña siempre. También me hice el muñequito famoso ese de Peñarol, el borrachito.

Por último, Rodi le dejó un mensaje a todos los hinchas:

Simple y cortito, para el que cree, todo es posible. Las limitaciones o la discapacidad están en la forma de pensar de cada uno, en la mentalidad. ¡Gracias a todos y arriba Peñarol!

Nota realizada por Matías a un amigo y compañero, gran carbonero.

¡Gracias Rodi!