Carlos Gardel fue un cantante y actor de cine considerado el más importante tanguero del siglo XX. Gardel fue, es y será una figura mítica, la cual alrededor de su vida se generaron muchas incógnitas, mitos, fábulas y secretos. El lugar de nacimiento es una de las grandes discusiones. En Uruguay se sostiene que nació en Tacuarembó, mientras que algunos investigadores dicen que nació en Touluse. Sin entrar en ese debate Gardel, vivió desde su infancia en Buenos Aires y falleció en Medellín el 24 de junio de 1935.

Gardel fue un fanático del turf pero de vez en cuando presenciaba fútbol. Le apasionaba en menor medida pero era otro de sus gustos. En Argentina fue hincha de Racing de Avellaneda, en Uruguay de Peñarol y también en su pasaje por España se hizo hincha del Barcelona F.C.

Sin querer entrar en debates solamente vamos a contar algunas historias del Mago relacionadas a Peñarol, Piendibene y el fútbol uruguayo en general:

Carlos Gardel: A la luz de la historia

El libro escrito por Nelson Bayardo (más de 30 años investigando la vida de Carlos Gardel) cuenta los hechos más importantes, aquellos que arrojan luz sobre las facetas controvertidas de quien fue “Zorzalito de Tambores y star de la Paramount”: su origen, su actitud ante las mujeres, su trágica muerte.

Dentro del libro el autor cuenta de una entrevista realizada por el periodista Luis Ignacio Lecaldare a Lorenzo Bicain, íntimo amigo del cantor, para le revista Noticias. En la entrevista cuenta una de las tantas visitas de Gardel a Montevideo y aclara por qué era hincha de Peñarol: [Gardel] Viajaba expresamente desde Buenos Aires a presenciar las peleas de Andrés Míguez, un boxeador que llamaban “el príncipe del ring”. Iba también a las riñas de gallos, en un lugar de la calle Larrañaga [se trata de la galería de Larrañaga y Gral. Flores] y era infaltable a Maroñas. Se alojaba en hoteles de categoría como el Cervantes, el Lanata y otro que existía en 18 y Yí, del cual no recuerdo el nombre. Olvidaba decir que iba al fútbol, porque le gustaba bastante. Era hincha de Racing de Buenos Aires y de Peñarol en Montevideo. Cierta vez le pregunté por qué simpatizaba por los aurinegros y me respondió: “Porque son más del pueblo”.

Gardel, Piendibene y golazo a Zamora

El gran maestro de la época amateur del fútbol uruguayo vivió un encuentro más que especial con Carlos Gardel. El 18 de julio de 1926 quedará grabado a fuego por el golazo que le hizo al imbatible Ricardo Zamora.

El Deportivo Español de Barcelona estaba de gira por Montevideo. Le había ganado a Nacional el 14 de julio por 1 a 0 y el imbatible Ricardo Zamora –un arquero ya legendario en ese entonces- era su gran figura. El duelo con Piendibene aumentó la expectativa. El Maestro versus el Divino era la gran pulseada. El duelo Peñarol-Español quedaba opacado ante la presencia de estas dos estrellas del fútbol mundial en los años veinte.

En la tribuna oficial del Parque Central estaba Carlos Gardel, uno de los testigos del que sería el gol más memorable de los 253 que convirtió Piendi con la aurinegra y los diarios de la época recuerdan como lo festejo el Mago del Tango: «Carlitos Gardel, que se alzó trémulo ante el disparo, y gritó su júbilo con sus mejores tonos de voz. Después, en aquella noche memorable, Carlitos Gardel, «identificado con el gol de la gloria», entregó y dedicó al jugador Piendibene, don José, nada menos que el tango «Farabute», del que es autor Antonio Casciani».

El Maestro recibió un pase en profundidad, tras burlar a los dos centrales, amagó a Zamora hacia la derecha, este se lanzó al ángulo y vio sorprendido como la pelota no se había movido del pie de Piendibene. La impresionante agilidad de Zamora le permitió lanzarse al palo contrario, pero ya hacía un segundo que el Maestro había mandado la redonda en dirección al palo contrario, batiendo al genial guardameta español que aún así rozó el esférico.

La leyenda cuenta que la gente se lo llevó en andas. Luego, Carlos Gardel lo felicitó en el vestuario del Parque Central.

Gardel, Leguisamo y el Pulpo Ballestero

Enrique Ballestero fue Campeón del Mundo en 1930 y de la Copa América en 1935. Llegó a Peñarol luego de esas conquistas con la Celeste. Era, sin duda, el mejor arquero del fútbol uruguayo en los años treinta.

Destacamos del Libro Héroes de Peñarol de Gerardo Bassorelli la siguiente anécdota sobre el Pulpo Ballestero y Gardel:
El mote de “Pulpo” lo ganó haciendo de sus manos verdaderos tentáculos, apresando cuanto balón volaba o reptaba con dirección a su reducto.

Debe reconocerse que el apodo se le adjudicó antes a quien lo ubicó en el grito victorioso de los carreristas: el salteño Irineo Leguisamo. Ni más ni menos. Gardel no dejó dudas acerca del dueño del sobrenombre, cuando lo aludió más de una vez en Leguisamo solo:»…detrás va el Pulpo/ alta la testa/ la mano experta/ y el ojo avizor…”. Y, más adelante;”Leguisamo solo/ ya está el puntero/ del Pulpo a la par/… ” rematando con un final electrizante: “Leguisamo solo/ y el Pulpo cruza/ el disco triunfal…” (Rebar, El País. 26 de julio de 2010).

Gardel y el Parque Central

Carlos Gardel ha estado presente en varias ocasiones en el Parque Central. Tal vez estas visitas han hecho creer a más de uno que Gardel era hincha del tradicional rival. Pero no era así, sus presencias fueron para ver a Uruguay, Peñarol y al Barcelona F.C. en un partido que se enfrentó a Nacional.

En su visita a España Gardel conoció y se hizo hincha del Barcelona F.C. Ese amor por el club catalán crece por las amistades que tiene dentro del plantel principal de 1928, sobre todo con Josep Samitier.

En 1928 el Barcelona realizó una gira por sudamerica, visitó Argentina y luego Uruguay. Se dice que Gardel influyó mucho para que dicho equipo visite el sur. Obviamente en Uruguay Gardel acompañó al equipo de Barcelona colaborando como si fuera un delegado. La gira en Uruguay coincidió con sus actuaciones en el Teatro Solís de la capital, desde el 27 de agosto hasta el 4 de septiembre de 1928.

El día 27 debutan frente a Peñarol (Estévez; Nogués, Dagosto; Riolfo, Fernández, Aguerre; Pérez, Sacco, Piendibene, Anselmo, Cappolo), y a los dos minutos ya reciben un gol, ejecutado por Piendibene. Samitier estaba en el banquillo por la grave lesión que arrastraba de los anteriores encuentros. Pero se dice que fue el propio Gardel quien lo convenció para que jugara «aunque sea diez minutos». Sale al campo y marca el gol tres minutos después de pisar el césped.

El partido fue muy violento y accidentado. Samitier vuelve a lesionarse, lo mismo Sastre y Piera Barcelona F.C.). Los catalanes juegan con nueve jugadores, pero mantienen el resultado 1-1. La prensa uruguaya consideró justo el empate.

Peñarol 1 -1 Barcelona (27/08/1928)

El 31 el equipo visitante fue agasajado con un banquete en la capital uruguaya. El día 1º de septiembre se enfrentaron con el Nacional en su cancha, que lleva la siguiente formación: Mazzalf; Buceta, Fernández; Andrade, Piriz, Vanzino; Urdinarán, Scarone, Petrone, Cea, Saldombide. Comienza el partido y enseguida Samitier se resiente de la misma pierna izquierda, cojea visiblemente y debe retirarse, sustituido por Arocha. Un minuto después Vancino hace de cabeza el primer gol charrúa. A los 35′ llega el segundo, tras un impresionante chut del indígena Saldombide, es detenido por Lloréns pero se le escapa el balón de las manos y Cea aprovecha para rematar. La segunda etapa es más equilibrada, pero en un golpe franco que tira Scarone envía la esférica a la red tras rebotar en la espalda de un defensa catalán, y sin que el arquero pudiera hacer nada. Terminan 3 a 0.

Foto muy poco conocida de Gardel con sus amigos de F.C. Barcelona, Vincenç Piera (izq.) y Franz Platko (der.) tomada el 02 septiembre 1928, Gran Parque Central de Montevideo, Campo de deportes del Club Nacional de Football, momentos antes de que el equipo regrese a España.

Finalizado el encuentro se prepara un «lunch», al que también asistió Carlos Gardel. El 2 de septiembre Carlitos va al puerto a despedirlos.

Gardel y el mundial de 1930

Gardel en el Parque Central el 14/07/1930

En 1930 se disputó el mundial de fútbol en nuestro país y Gardel participó del mismo en forma activa. El 14 de julio de 1930 Carlos Gardel estuvo presente en el Parque Central presenciando el partido en el cual Yugoslavia venció por 2 a 1 a Brasil.

También se contó con la presencia de Gardel en las concentraciones de Uruguay y Argentina.  Dos días antes de la final, Carlos Gardel había cantado para los jugadores argentinos el tango «Dandy» en el hotel donde se hospedaban. Luego de la victoria de Uruguay en la final contra Argentina por 4 a 2, Uruguay se proclamó Campeón del Mundo y Gardel visitó al plantel celeste para felicitarlos por el logro obtenido.

Tras la derrota, varios jugadores del seleccionado argentino catalogaron de «mufa» a Gardel, ya que en las Olimpíadas de 1928 el Mago también cantó el mismo tango «Dandy» antes de la final entre Uruguay-Argentina y aseguró a los argentinos que ganarían la medalla de oro. El resultado fue el mismo en 1928 y 1930: Uruguay ganó ambas finales y ¡se consagró campeón!.