11 abril, 2019
Columna: Un equipo paciente
Paciente. Un equipo paciente. Si algo caracteriza a este Peñarol, entre otras cosas, es en tomarse su tiempo. Cosas que da la experiencia, la inteligencia aplicada al juego, el entender los conceptos. En una noche de clima perfecto, en la temperatura y en las tribunas la premisa era ganar.
Como algunos de nuestros jugadores lo dijeron, la merecida e inolvidable noche del Mario Filho encajaba perfecta y necesitaba un cierre ideal, consiguiendo los tres puntos en nuestra casa, para completar seis en seis días y dar definitivamente el golpe en la mesa.
Escuché horas antes del partido que quien necesitaba ganar era la Liga, no tanto Peñarol que seguiría bien posicionado aún sumando de a uno.
Nada más distante de mi pensamiento; la victoria en Brasil nos llenaba de responsabilidad y de hacernos cargo de la noche del martes, de conseguir una victoria impostergable y mandar en el grupo, algo impensado para muchos una semana atrás.
Vayamos al partido. La Copa muchas veces se juega como un partido de ajedrez, o mejor aún, como una pelea de boxeo, donde tenés noventa minutos para hacer un gol, y sobre todo, cuidar el cero. Aunque no guste, se juega así.
Y así se jugó. Por lo menos en el arranque. Con un rival fuerte en lo físico, veloz, muy veloz sobre todo por las bandas, no podíamos recibir de nuestra propia medicina.
Recibir un gol en el primer tiempo, nos hubiese obligado a marcar dos, con toda la presión y el nerviosismo que eso conlleva.
Entonces, si bien no fueron 45 minutos vistosos, esa parte del guión fue bien resuelta. Entiendo que esa fue la idea que quiso expresar López, en conferencia luego del partido, cuando se le preguntó por el primer tiempo.
Con nuestros volantes algo imprecisos en la salida, -que la Liga no supo aprovechar- de mitad de cancha hacia arriba pudimos generar poco, con Brian posicionado por la izquierda como de costumbre, con el Toro fijando los centrales en su acostumbrado trabajo y Darwin (que llamativamente arrancó por Canobbio y salió bien la idea) moviéndose cerca de Fernández o por derecha intentando alguna sociedad circunstancial con Giovanni, la Liga no tuvo mayores problemas para controlarnos y hasta por momentos circular con criterio el balón.
Hasta tres cuartos de cancha, está claro. Peñarol nunca lo dejó “correr”, solo en alguna de aquellas malas y puntuales salidas del Mota y Guzmán.
Con los centrales y los volantes siempre bien parados, resignamos presión alta para controlarlos, de hecho no tuvimos remates al arco en ese primer tiempo, y prácticamente ellos tampoco.
Sin mucho más, y con un cerrado primer tiempo, vino el complemento. Los primeros 15 marcaban un panorama similar; si bien intentamos desde la posesión y la posición adelantar algunos metros las líneas, llevando sobre todo al Cebolla más cerca del área rival, con el Toro ya cansado por los veinte días de inactividad, otra vez nuestro entrenador mostró por qué ocupa ese lugar. Acertó de nuevo, como la mayoría de las veces, en qué hacer con el partido.
Entonces, el minuto 66 lo cambió todo. Darwin a hacer el laburo del Toro y Viatri más suelto, en lo que mejor hace, moverse atrás de los últimos volantes rivales. El currículum de Lucas dirá que juega de nueve, pero creo que no debemos tener un jugador más inteligente para leer el juego en los últimos 30 metros de la cancha.
Además, su entrega por el equipo es directamente proporcional a cómo entiende el juego. En la primera, sin mirar, como dicen los libros, pone una pelota perfecta para quien entrara por el centro de área, y el cabezazo del Cebolla da en el palo y se lo pierde Lucas Hernández en el rechazo (de buen partido en Río y el martes).
Cuatro minutos más tarde, recibe con derecha un pase largo de Dawson y con izquierda habilita al jugador más desequilibrante en el uno contra uno que tiene el equipo.
Grave error de la zona derecha de la defensa ecuatoriana, ambos miran a Viatri y la pelota, el lateral no sigue a Brian y el zaguero (Carlos Rodríguez) peor aún, sale a mitad de cancha a atorar al argentino dejando el hueco, cuando los volantes blancos estaban retrocediendo.
Todo el callejón es aprovechado por Rodríguez que cachetea sobre la salida del arquero para que el cebolla asegure y abra el marcador.
Minutos después, por izquierda, otra situación que nuevamente da en el palo, otra vez del Cebolla; esta vez entrando por derecha.
Coherentemente con la idea inicial, el equipo controló el partido luego del gol, excepto los últimos cinco y los descuentos, que por lógica Liga tiró el equipo adelante y estuvo cerca de nuestro arco sin ninguna situación clara.
Los cambios lógicos de Rojo por Brian y Canobbio por Darwin entraron bien ya en el cierre y le dieron menos espacio aún a los ecuatorianos.
Como en aquella noche contra este mismo rival, y contra Vélez en semifinales, en la última gran Copa de nuestro Peñarol, se repitió el uno a cero.
Pero sobre todo, conceptualmente, volvimos a ver, jugando en casa, una pelea de boxeo… Porque así se juega la Copa, a 12 rounds, a 90 minutos, con jugadores hechos y de los que le ponen vértigo, con la táctica bien clara de mantener al cero, de las líneas juntas y de atención a cada pelota, a cada detalle, qué opciones íbamos a tener.
En esos 15-20 minutos de audacia, buen juego y sobre todo determinación para ir a campo contrario y de intentar lastimar, se dieron las chances.
Era partido de uno a cero, y así fue. Nadie bajó de los 6 puntos, y eso en la Copa es indispensable. Y varios, como Lema, el Cebolla o Brian, redondeando una gran noche.
Este Peñarol tiene paciencia; intenta generar circuitos mucho más que dividirla o lanzar sin sentido; a veces sale mal, pero con una idea y buenos jugadores, generalmente sale bien.
Una victoria sufrida, justificada por esa intención y ese juego en el segundo tiempo, pero también por ese saber esperar, dentro del partido, de nuestro momento…
Una victoria que nos acerca a la clasificación, nada más que eso, nada menos…
Y para eso, lo mismo….
Los de afuera, también tengamos paciencia.
Escrito por Federico Porras
totalmente de acuerdo no me gusta aplaudir cantándole a nacional. allá ellos con su amargura nosotros cuidando lo nuestro y alentando a nuestro querido Peñarol. y los dirigentes que pongan los de Colon arriba de la mesa, el arbitro venezolano nos cobró cualquier cosa
¡Contrato de por vida para «Memo LóPep» !
Apreciado análisis el de Porras y compartible en multiples aspectos. Pero se nos viene Plaza y creo que este va a ser un partido chivo para Peñarol. El pata blanca se viene recuperando con fuerza y nosotros venimos con gente , en algunos casos lesionada, en otros muy golpeada , en otros en recuperacion de las lesiones sufridas. Ademas esta el desgaste lógico por las tensiones que provocan los partidos por la Libertadores, por lo cual menudo trabajo le espera al DT para integrar el mejor equipo para no perder pisada para la tri. Estoy seguro que Memo pondra lo mejor pero atendiendo a los obstáculos referidos.
Aplausos para el que escribió la columna y para la web por subir éste tipo de contenido. Más fútbol y menos chusmerio y noticias extra fútbol.
Estoy de acuerdo con la columna, otro ejemplo de la paciencia de éste equipo es el gol pasada la hora contra Defensor en el Franzjni, toque y toque a pesar que de la tribuna se pedía pelotazo al área.
Liga tiene tremendo equipo, si se analiza puesto por puesto están a la par nuestro por eso ésta victoria fue tan trabajosa y valiosa.
Hoy leía que en una entrevista el Profe Valenzuela dijo “en mis años de carrera nunca vi una planificación como la de Memo Lopez en Maracaná.”. Y el Profe no es un recién llegado ni alguien con poca experiencia. Por supuesto, como lo dice el mismo entrenador, los que ganan los partidos son los jugadores. Pero para lograr tener «un equipo paciente» (como lo define muy certeramente el autor de esta columna) se necesita tener un conductor, una cabeza, que sabe lo que quiere y que trabaja día a día y semana a semana para conseguirlo.
Excelente columna.
Y para eso, lo mismo….
Los de afuera, también tengamos paciencia.
Imposible cerrar mejor la nota! Paciencia y confianza en el cuadro! Basta de ese murmullo cuando se erra un pase o cuando por un rato no tenemos la pelota
Hay que alentar al cuadro constantemente no hay que parar y menos para generar un murmullo en todo el estadio generando mas nervios a los jugadores y tal vez haciendolos tomar malas decisiones por el apuro de afuera.. hay que alentar y que escuchen apoyo!
PD: ( esto es personal pero tal vez alguien comparte)
Basta de estar en.un partido de Copa y cantarle a nacional loco. Un partido para que se venga el estadio abajo y sacan canciones de maldonado ?? La cancion de los puntos????
Y contra danubio que era un partido para ganar para seguir ahi arriba se paso cantando la copa libertadores vamo a ganar?
Totalmente de acuerdo, lamentablemente la banda no suena como hasta hace algunos años, es como que hay otros códigos, yo no soy ningún iluminado musical ni prototipo perfecto de hincha pero, van vestidos con colores que nada que ver, hacen perder a la gente con cortes raros, siguen temas como esos que mencionás en un partido de copa y encima tratan para el culo a alguien que siemplemente se ubicó donde se les canta pararse a ellos, lo he visto incluso con algún abuelo que ni idea tenía donde estaba, mirando de vivo sino comprás un pegotín. Creo que toda la barra debería re pensarse en si misma… esta claro que no falta mucho para que definitivamente no puedan hacer cosas turbias en lo absoluto ni protagonizar actos de violencia (por lo menos en Uruguay) O se reconvierten a una hinchada mas transparente, más seria y más dedicada a la fiesta o quedarán en la nada.
Los milicos están a un paso de empezar a pegar por el simple hecho de alentar, primero los trapos, después quisieron los bombos, la pirotecnía, cámaras que te ven hasta los puntos negros de la cara. Fuera del avance de la tecnología, cada vez están más ortiva como se dice (Eso es lo que generó tanto descontrol, tanta delicuencia y tanta violencia)
Creo que así cómo se les pide a los jugadores estar a la altura, estos muchachos que son la auto proclamada barra DE Peñarol, algunos por herencia, otros por contactos, otros por negocios, estaría bueno muestren lo mismo, les debería dar vergüenza que una tribuna lateral les tenga que activar los oídos y la garganta.
Y pongamen los negativos que quieran los que se la chu# , es una crítica constructiva, el tono es así porque ya cansa un poco
No debería sorprender, desde 2013 más o menos que la barra se renovó todo y ahora son cualquiera. Tocan a destiempo y no saben qué canciones son para qué momento, siempre descoordinados.
A destiempo nunca los escuche tocar, es más, creo que suenan mejor que nunca. Lo que me da bronca de la barra es que últimamente entren después que los jugadores, y no 1 o 2 minutos después, sino 10 0 15. Cuando entran los jugadores a la cancha es uno de los momentos donde más se tiene que gritar y alentar.
Totalmente de acuerdo !!! Por favor para estar partido de libertadores y cantarle a nacional es tétrico , es agrandar a nacional tenemos que cambiar la cabeza ser superior en todo tener otro nivel demostrar que nosotros la etapa de la hiladas ya fue , es difícil lo que pido casi un sueño pero estaría bueno
100% de acuerdo, vimos lo mismo.