Lo que para muchos sería ganar el campeonato Apertura, para mí, en mi humilde opinión, no es ganar un campeonato. ¿Qué quiero decir con esto? Que haber ganado la copa al campeón del Torneo Apertura es algo totalmente secundario, pero también esencial. Muchos estarán pensando que me estoy contradiciendo, pero no es así. A continuación les planteo mi interpretación de los hechos:

Es secundario porque de no lograr el campeonato uruguayo se convertirá simplemente en un campeonato corto ganado. Todos sabemos que estos campeonatos no son los que engrandecen a una institución enorme como la nuestra. Por ende, en estadísticas, no será muy recordado

Es secundario, porque de no seguir bajo la misma línea planteada por nuestro entrenador, de no mantener una estructura fuerte para pelear la segunda mitad de la temporada, y de modificar el estilo de juego que se está gestando, todo quedará como algo efímero.

Es secundario si no aprovechamos la oportunidad –histórica- de darle las oportunidades a nuevas promesas de nuestro a club a que muestren sus capacidades. Durante 15 años esto resulto enormemente dificultoso ya que cualquier juvenil que era probado en la segunda mitad del año cargaba consigo la mochila de estar disputando un torneo que se debía ganar SI o SI para aspirar llegar a las finales del Uruguayo. Con esto no quiero decir que no tengamos la responsabilidad de ganar el campeonato clausura, lo que quiero transmitir, es que luego de muchísimo tiempo, un juvenil podrá jugar en la primera división sin tener la soga en el cuello de ganar el campeonato clausura. Aprovechemos la oportunidad y descubramos nuevas ‘joyas’ que se seguro las hay en nuestras canteras.

Es secundario, porque de no conseguir resultados positivos en el comienzo del 2013, de sufrir alguna racha negativa de derrotas/empates –con el mismo entrenador y similar equipo que logro el campeonato – no sería para nada positivo escuchar reproches, lanzar insultos, palpar cierta pérdida de credibilidad, a un equipo que debería recibir todo lo contrario.

¿A qué me refiero con esto? Que luego de lograr un campeonato que no se obtenía hace aproximadamente 15 años, luego de lograr salir vencedor de un torneo, con una fecha de anticipación, luego de mostrar buenos y hasta muy buenos rendimientos colectivos y personales, sería totalmente ingrato e injusto que en los peores momentos le demos la espalda a un equipo que nos dio una buena alegría.

Por ende, afirmo, que estamos frente a una oportunidad muy buena, para demostrar –una vez más- un apoyo incondicional a un grupo de jugadores y cuerpo técnico que lentamente se lo ha ido ganando. En otras palabras, este equipo se acaba de ganar una buena dosis de PACIENCIA.

En la otra vereda, esta lo esencial de ganar este campeonato. Quizás sea reiterativo de lo que escribí en mi anterior columna, pero creo que no está nada mal darle el valor que merece la obtención de este campeonato.

Es esencial porque este equipo tiene un colchón en donde poder apoyarse, tiene un título que respalda el trabajo realizado, da un empujón a seguir mejorando, y que permite ante cualquier duda, o problema que surja de funcionamiento y/o resultado, recordar que estos jugadores y cuerpo técnico, ha sabido estar a la altura de lo que Peñarol exige.

Es esencial porque encaramos la segunda recta del año seguros de lo que estos jugadores pueden dar, seguro de que hay potencial, seguros de que contamos con buenos jugadores, y con actitud que a los hinchas nos deja conforme.  Encaramos la tan anhelada Copa Libertadores, esperanzados, ilusionados, de poder enfocarnos de lleno a ella, sin tener que mirar de reojo –constantemente- el campeonato uruguayo. Tenemos la oportunidad en bandeja de hacer una planificación excelente de lo que se avecina, sabiendo que estamos en la final de Campeonato Uruguayo, con todo lo que eso implica.

Es esencial, porque justamente, pase lo que pase en el Campeonato Clausura, estamos a uno, dos, tres, cuatro partidos (las finales) de ser campeones Uruguayos.

Es esencial porque este cuerpo técnico, comandado por un hombre totalmente ajeno a Peñarol, como ‘’El Polilla’’ Da Silva, se gano cierta tranquilidad/confianza/respeto en los hinchas. Es decir, el entrenador, sin lugar a dudas, acaba de obtener una cuota de aprecio por parte de todos los hinchas, lo que le permitirá sentirse más cómodo y seguro en nuestra institución.

Es esencial porque permite unir a jugadores con hinchas, bajo un mismo camino, un mismo recorrido. Por un lado los jugadores, gracias a este trofeo, se convencerán de que son capaces de brindar alegría a los hinchas. Y por otro lado, los hinchas confiaran, en que este equipo, es capaz de responder a lo que la historia de Peñarol obliga.

Es esencial porque permite la identificación de un estilo de juego, de una idea planteado por el director técnico, de una oncena que sale de memoria, de un poder decir ‘’se a lo que Peñarol juega”.

Es esencial porque genera respeto en rivales. El resto de los equipos uruguayos, y por qué no, de América, saben que somos el actual campeón en Uruguay. Independientemente de que sea un torneo corto, en los números y en el juego hoy por hoy el equipo de Peñarol es el mejor. Por lo tanto es indudable que a la hora de enfrentar a Peñarol, el equipo que este enfrente, y sus hinchas, lo tendrán en cuenta.

Es esencial porque permite a los jóvenes del club que han estado en este plantel y sobre todo a los que han sido titulares (Nicolás Raguso especialmente) seguir afianzándose y mandar el mensaje de que tenemos jugadores con potencial en nuestras formativas.

Paralelamente están los recién llegados, que independientemente de sus desempeños –parejos o disparejos- han ganado cierto respeto de los hinchas, que deben seguir manteniéndolo para que ese respeto se transforme en aprecio.

Finalmente están los viejos conocidos, y los que ya estaban antes de comenzar este campeonato o los que volvieron a vestir esta camiseta que tanto amamos. Jugadores como Juan Manuel Olivera, confirmaron que no fue casualidad lo del 2010. Jugadores como Marcelo Zalayeta demostraron que son claves para hacer la diferencia en todos los partidos. Jugadores como Marcel Novick defendieron la camiseta de Peñarol como más nos gusta a todos los hinchas, con actitud y esfuerzo. Jugadores como Darío Rodríguez demostraron que seguirán pasando los anos, pero sin embargo siguen aumentando los elogios. Jugadores como Fabián Estoyanoff demostraron que cuando se esta concentrado en el juego y no se quiere realizar jugadas imposibles, termina siendo fundamental para el equipo. Redondeando, este campeonato también resulto esencial para ‘’los viejos conocidos’’ porque confirmaron lo que ya supieron dar.

En fin, espero haber transmitido esta supuesta contradicción que planteaba en un inicio.

Felicitaciones a todos por este Torneo ganado; hinchas por el aliento, jugadores por la actitud mostrada, cuerpo técnico por la decisiones tomadas, funcionarios por hacer el trabajo silencioso, y dirigentes por los esfuerzos económicos realizados.

Vamos por más! Somos Peñarol! Nadie nos va a quitar la ilusión de soñar con un futuro mejor aun. Así que disfrutemos el presente y planifiquemos adecuadamente lo que se nos viene para recibir los frutos en el futuro.

Aguante Peñarol!