10 septiembre, 2022
El león volvió a rugir
El árbitro Daniel Bello llevó el silbato a su boca y levantó el brazo izquierdo apuntando al cielo; el otro directo al arco que defendía Gerardo Rabajda. Pasados los 90 minutos del Peñarol 1 – Cerro 1 de la última fecha del Campeonato Uruguayo 1993, y ante la derrota de Defensor Sporting frente a su clásico rival que ya era un hecho, el pueblo peñarolense no se contuvo un segundo más en saltar de las tribunas del Centenario a la cancha para gritar campeón y dar por terminado el partido y el campeonato, cuando en realidad el juez estaba cobrando una falta a favor del equipo villero. Esa tarde del 5 de diciembre sería recordada como la de la ansiada vuelta olímpica que no pudo ser, pero en la que los manyas festejaron como más nos gusta: todos juntos en un vigoroso y pintoresco descontrol.
Hacía siete años nuestro presidente era el Cr. Carlos Lecueder y nuestro director técnico el arquero campeón del mundo en el Maracanazo del ‘50, Roque Máspoli. En ese 1986, Peñarol obtuvo el célebre campeonato «por una firma», en el que terminó con menos puntos que Nacional, pero los segundos fueron ellos. Un año después nuestro flamante presidente era el Cr. José Pedro Damiani y nuestro director técnico el Maestro Tabárez, y con un equipo joven –aunque nada inmaduro– levantamos la quinta Copa Libertadores con el agónico zurdazo de Diego Aguirre, en el querido Estadio Nacional de Santiago de Chile.
El poderoso Peñarol; decano del fútbol uruguayo, primero y pentacampeón de América, y tricampeón del mundo, vencedor de mil batallas imposibles contra el Santos de los dioses y el rey Pelé, contra el gran River Plate argentino, contra el imbatible Real Madrid en el Santiago Bernabéu o contra el Flamengo de Zico; ganaba mucho y dejaba huella por donde pasaba. Peñarol resonó ganador en los cinco continentes y, sin embargo, le llegó su mala racha.
Entre el ‘88 y el ‘92 tuvo una discreta performance a nivel internacional, en la que no clasificó a todas las ediciones de la Copa Libertadores o quedó eliminado en las primeras fases que disputó, y tuvo la misma suerte en la Supercopa Sudamericana (copa de campeones de la Copa Libertadores), en la que incluso fue eliminado por Nacional en la edición de 1992. En el plano local fue testigo del recordado «quinquenio de los chicos» entre el ‘87 y el ‘91: Defensor, Danubio, Progreso, Bella Vista y Defensor Sporting; y del campeonato de Nacional en el ‘92, que aumentó la presión por volver a ser campeón de algo.
Durante esos seis años, los hinchas aurinegros se debieron conformar con solamente una Liguilla Pre-Libertadores y algunos torneos internacionales oficiales de preparación, lo cual era igual a nada para el palmarés del gigante. Morena, Roque Máspoli, Mazurkiewicz, Walter Roque, Roberto Fleitas, el «Flaco» César Luis Menotti, Juan Duarte, Ricardo Ortiz, el yugoslavo Ljupko Petrović (que había sido campeón de la Champions League –en ese entonces Copa de Clubes Campeones Europeos– con el Estrella Roja en el ‘91), Roque Máspoli –otra vez–, el «Indio» Olivera y Juan Ricardo Faccio completan la lista de 12 entrenadores que dirigieron al equipo en ese lapso. «El vestuario cambiaba mucho, se quedaban los gurises del club y venían los mejores de los cuadros chicos, pero no se vendía a nadie porque no ganábamos», recuerda Gabriel Cedrés, que defendió la de oro y carbón entre el ‘88 y el ‘93.
Pero la disputa por subirse al primer vagón de la locomotora y conducir a Peñarol de vuelta a los triunfos era incluso más arriba en la escala jerárquica: entre «campeonatos o balances». A pesar de la obtención de la Copa Libertadores de 1987, el hincha quería más resultados y en las elecciones del ‘90 votó la vuelta de Don Washington Cataldi, de quien no es necesario repasar su trayectoria encabezando la institución, por sobre el entonces actual presidente José Pedro Damiani.
Si bien eran rivales en las urnas, la relación entre Cataldi y el Cr. Damiani era cordial, y el ambiente, más allá de los malos resultados deportivos, era de celebración y camaradería porque el 1991 fue el año del centenario del Club. Los festejos por los 100 años de gloria comenzaron con una caravana desde la Estación Central del Ferrocarril hasta la Villa Peñarol días antes del aniversario, siguió con una cena protocolar la noche previa, a la que asistieron representantes de la política uruguaya, de organismos del fútbol nacional e internacional y dirigentes de diferentes clubes de la AUF. El 28 de setiembre se realizó la histórica Asamblea Representativa que presidió el Dr. Julio María Sanguinetti y designó como presidente honorario al Cr. Damiani, previo a un almuerzo multitudinario que reunió a más de 3000 personas en la Estación Central de AFE, y siguió con una extensa, bulliciosa y descontrolada caravana por todo Montevideo, que se estiró con la Barra Amsterdam como protagonista hasta la madrugada, en una fiesta peñarolense que invadió la calle 18 de Julio.
El ambiente de celebración continuó hasta el 2 de octubre, cuando la hinchada desplegó la famosa bandera de los 100 años en la tribuna Ámsterdam, la más grande del mundo hasta el momento, de 60 por 40 metros, en un partido contra Racing de Avellaneda por la Supercopa Sudamericana, que terminó con victoria del decano por 3 a 2 y coronó el centenario.
Pero la fiesta no taparía los fracasos deportivos. Como afirma Cedrés, «todo era más leve porque Nacional tampoco ganaba», pero en 1992 no se ganó ningún clásico, el rival salió campeón y terminó con el pasajero predominio de los cuadros chicos. Para enero de 1993, se juega la Liguilla, Peñarol pierde un nuevo clásico y llegan las elecciones, a las que Cataldi decide no volver a presentarse y deja el camino libre para que su colega vuelva a la presidencia. El 30 de enero, con una crisis financiera latente y una deportiva ya insostenible, sin campeonatos ni tampoco balances, gana las elecciones el Cr. José Pedro Damiani y asume nuevamente como presidente de la institución aurinegra. «Aquella fue la peor crisis financiera del club, porque ni siquiera se contaba con jugadores para transferir. Empezábamos prácticamente de cero, pero tuvimos una definición que fue muy provechosa: la designación de Gregorio Pérez como entrenador», confesó el propio Damiani.
«Bienvenidos. Juntos, con trabajo, sacrificio, responsabilidad y humildad vamos a recorrer el camino que nos llevará al éxito. Mucha suerte.
Cuerpo técnico».
Gregorio Elso Pérez Perdigón fue un volante que recorrió su carrera como futbolista íntegramente en las filas de Defensor, en donde fue campeón uruguayo en el histórico campeonato del ‘76 que rompió con la hegemonía de los grandes en la era profesional. Estuvo cerca de cumplir su sueño y el de su familia en el ‘78 cuando entrenó por casi un mes en Peñarol, pero no se dio, y un año después colgó los botines. Como entrenador, comenzó su carrera en Progreso en el ‘81. Estuvo al frente de algunos equipos uruguayos hasta que en el ‘88 dirigió la selección uruguaya Sub 20, donde conoció al «Gaby» Cedrés. Enseguida pasó a ser ayudante técnico del Maestro Tabárez en la selección mayor, con la que viajó a Italia para la Copa del Mundo del ‘90. Allí estuvo con el «Tano» Gutiérrez, el «Pato» Aguilera, el «Chueco» Perdomo, el «Profe» Bengoechea, entre algunos otros que después cruzaría en el decano. Y a los últimos dos también los tuvo en Gimnasia y Esgrima de La Plata, que dirigió entre el ‘91 y ‘92. El 8 de febrero de 1993, posterior a algunas reuniones y negociaciones con el Cr. Damiani y la directiva de turno, llegó a Los Aromos junto a Alejandro Botello (ayudante técnico) y Luis Betolaza (preparador físico) para cumplir el sueño, y escribió esas palabras en un pizarrón para recibir a su nuevo plantel. La tiza se borró al poco rato, el mensaje quedaría grabado en la memoria de aquellos futbolistas por un tiempo más.
«Cedrés va a ser el nueve», le dijo el técnico al presidente en su primera decisión firme al frente del equipo, aunque viniera de un año sin jugar por haberse roto los ligamentos cruzados. Aún así, los refuerzos llegaron: «muy inteligente, Gregorio logró una mixtura de jóvenes del club con futbolistas ganadores de clásicos, de cosas importantes en Peñarol y que eran hombres. Quería ponerle voces de peso al vestuario y que los jóvenes tuvieran espejos en los que mirarse», recordó José Batlle Perdomo, que vino junto a él de Gimnasia porque confió en su proyecto. A ellos se le sumaron jóvenes prometedores como Darío Silva, Marcelo «Marujo» Otero, Nelson «Canario» Olveira y viejos referentes como Daniel «Pollo» Vidal y Mario Saralegui. Y, también, un fichaje estrella que llegaba por tres meses: Pablo Javier Bengoechea.
Con 28 años y un contrato a prueba, de romperla en el Sevilla de España, ser campeón de América con Uruguay en el ’87 y jugar el mundial de Italia ‘90, llegó el «Profesor» a Los Aromos a cumplir el sueño de jugar con la camiseta de sus amores. Igual que Perdomo, siguió a Gregorio desde Gimnasia porque confió en el entrenador y su proyecto, y porque tenía un anhelo: salir campeón con Peñarol.
El primer partido de la era Gregorio Pérez fue el 14 de marzo, en un amistoso de pretemporada contra Lanús. «El primer gol de la era Gregorio lo hice yo, frente a la Ámsterdam llena de gente -expresa, orgulloso, José Enrique «Caballo» De Los Santos- en un córner desde la Olímpica, en el que la peina Darío Silva en el primer palo y yo, que cerraba en el segundo, le pego con la derecha». El partido fue el debut de varios futbolistas en Peñarol, además del de Gregorio en el banco, y terminó con un contundente 6 a 0 y un hattrick de Bengoechea, en un partido que ilusionó a los hinchas de cara a lo que se venía. En el debut en el Campeonato Uruguayo, sin embargo, no repitieron tal efectividad y terminaron empatados a cero contra el que sería el rival directo hasta la última fecha, pero la pelota empezó a entrar en los partidos siguientes.
Llegada la sexta fecha, el equipo todavía no conocía la derrota. Al empate con Defensor Sp. en la primera fecha lo siguieron cuatro victorias consecutivas a Danubio, Huracán Buceo, Racing y Bella Vista. El cuadro funcionaba bien, parecía aceitado y los nuevos hacían goles y agarraban confianza, pero llegaría la piedra angular de todos los campeonatos: el clásico. Primero para varios jugadores y para el DT.
En rendimiento y en el campeonato, Peñarol llegaba notoriamente mejor que Nacional, que venía con una racha de cuatro partidos sin ganar en el plano local y de quedar eliminado de la Copa Libertadores. En materia de clásicos, la situación era inversa: hacía más de un año que Peñarol no ganaba y había perdido el último hacía pocas semanas. Como casi todos clásico, fue un partido cerrado y reñido, que solo pudo abrir una falta de Hugo De León sobre «Marujo» Otero dentro del área, que Bengoechea cambiaría por gol en el final del primer tiempo. Fue el debut en cancha y en redes del «Profe» en clásicos, que definió abajo a la derecha mientras Seré se tiró para el otro lado, sobre el arco de la Ámsterdam -ese día con los hinchas de Nacional-.
En un clásico del año anterior, el delantero panameño de Nacional, Dely Valdéz, dejó a tres defensas tirados adentro del área e hizo un golazo para darle la victoria a su equipo. Cuando iban 86 minutos de este clásico, el mismo panameño picó solo contra el arco de Rabajda buscando el 1 – 1. «Se me vino a la mente esa jugada y ganar ese clásico era muy importante para nosotros, y pensé: ‘antes de que lo haga de vuelta, lo bajo’». Roja para el «Caballo» De Los Santos a tres minutos del final, cuarta expulsión del partido y quedaron nueve contra nueve. Con juego y también con carácter, el carbonero ganó el partido que tenía que ganar y se afirmó en lo más alto de la tabla con un empate y cinco victorias en las primeras seis fechas, y la era Gregorio Pérez empezó a insinuar que estaba para cosas serias.
De 24 fechas, Peñarol ganó 16. A partir de la mitad de la primera rueda, con más partidos, pero sobre todo más días de entrenamiento y concentraciones juntos, el equipo empezó a jugar mejor y a conseguir resultados más abultados, y las nuevas figuras a consolidarse cada una en su rol. Le ganamos 7 a 0 a River Plate, 4 a 0 a Huracán Buceo y a Rampla, 3 a 0 a Cerro y a Bella Vista. Los tres meses de prueba de Bengoechea pasaron a ser seis, después 12 y después la historia que todos conocemos. El «Caballo» De Los Santos se volvió inamovible en la zaga, el capitán «Chueco» Perdomo a liderar el grupo desde la mitad de la cancha y los pibes de arriba, «Marujo» Otero y Darío Silva, a correr y hacer muchos goles. A mitad de año llegó Nelson «Tano» Gutiérrez directamente desde Europa a reforzar la defensa.
«Gregorio era muy frontal, hablaba mirándote a los ojos y te hacía sentir un aliado. En el plantel había códigos de familia, no nos podíamos fallar a nosotros», recuerda De Los Santos. «Era una figura muy paternal, llevaba los consejos de la vida al fútbol, y eso lo valoramos mucho en un ámbito tan resultadista», añade Cedrés. «Incluso en los asados que hacíamos no faltaba nadie, y eso significaba que el grupo que él había formado era espectacular», señala Darío Silva.
La impronta del técnico, si alguien quería definirla en términos futbolísticos, era la solidez defensiva, el despeje orientado al delantero de referencia o al puntero que picaba por un costado, o a Bengoechea, que era el que manejaba los hilos y por el que siempre tenía que pasar la pelota. Tenía tácticas en las pelotas quietas, en los movimientos de ataque y en los de defensa, jugaba alternando las posiciones atrás según la pierna hábil de sus jugadores para marcar y desorientar a los rivales, y tenía otras tantas mañas más, como todo técnico. Pero, como principal característica, era muy fuerte en las pelotas quietas. Es fácil decirlo y difícil de explicarlo, ¿cómo hacía que su equipo fuera bueno en la pelota quieta? «Pedía profesionalismo y exigía concentración —dice De Los Santos —, si recibíamos un gol de pelota quieta, incluso en los entrenamientos, se recontra calentaba, porque teníamos un cuadro fuerte por arriba, si nos ganaban era por estar despistados».
«En la pelota quieta buscaba la excelencia. Una vez desgarró al Bola Lima en una práctica de tanto hacerlo tirar centros», cuenta Cedrés. «También, más allá del poderío que teníamos por arriba, teníamos a un gran lanzador como Pablo», agrega el «Caballo». «El Profe es el Profe —dice Darío Silva —, te decía ‘vos ponete ahí, que la pelota te cae ahí’, y pasaba en los entrenamientos y en los partidos. Era muy fácil jugar con él».
En el segundo clásico del año Peñarol se sabía superior y, como en todo el campeonato, aparecieron sus figuras. Washington el «Negro» Tais llegó hasta el fondo por el lateral derecho, enganchó para atrás y metió el centro de zurda. «Vino el centro, yo estaba en el segundo palo, Seré salió a cortar pero la tocó apenas y me la dejó servida. Rematé casi sin ángulo y Canals casi la saca con la cabeza, pero satisfactoriamente el balón se mete en el arco», recuerda Darío Silva, que en ese clásico hizo dos y tuvo el hattrick después de un pase pinchado del 10 que lo dejó mano a mano con Seré. Bengoechea había puesto el segundo nuevamente de penal y, sobre el final del partido, ya 3 a 0 y con uno más en cancha a causa de la patada de Gutiérrez a un incontrolable Otero que corrió por todos lados, llega el descuento de Nacional tras un error en el despeje de un córner, para la furia de Gregorio y sellar el 3 a 1 definitivo.
Una mala racha de dos derrotas con Wanderers y Progreso, y un empate con River postergaron el festejo del campeonato hasta la última fecha, a la que llegó Peñarol puntero con 35 puntos y Defensor Sp. segundo con 34. Cuando los partidos ganados todavía valían dos puntos, una victoria contra Cerro o una no victoria del violeta contra Danubio le servía al carbonero para ser campeón uruguayo después de siete años y por cuadragésimo primera vez en su historia.
El pueblo peñarolense llenó el Estadio Centenario para ver a su equipo dar la vuelta una vez más. Más de 50 mil personas colmaron las tribunas, y un montón también adentro de la cancha -las mascotas- demoraron más de 10 minutos el comienzo del partido. El grito de gol se hizo esperar hasta el minuto siete del segundo tiempo, cuando Diego Dorta llegó hasta el área, bajó con el pecho un centro del «Pollo» Vidal y definió de zurda para salir a festejar sobre la Ámsterdam el gol del título. La hinchada de Peñarol estaba eufórica y comenzaba a celebrar cuando el partido se acercaba al final. Un penal del golero Rabajda en una pelota dividida faltando un minuto para el final le dio el empate a Cerro, que lo único que hizo fue extender más minutos la agonía de los manyas que se desesperaban por salir a festejar. Danubio ya le había ganado a Defensor Sp., y lo único que faltaba era que el juez pite el final, aunque el final llegó sin que el juez pueda pitar.
«No me encontré con ningún compañero hasta llegar al vestuario, todo dolorido porque la gente te saludaba y te zamarreaba», relata De Los Santos. Se cortó la sequía, llegó el desahogo. La casa se puso en orden: el primero y el más grande era otra vez campeón uruguayo.
Nota: Las citas de Darío Silva, Gabriel Cedrés y José Enrique De Los Santos fueron extraídas de entrevistas exclusivas realizadas por Padre y Decano.
Y por fin la vuelta hacia Montevideo donde en el omnibus la negra varela los pelaba a casi todos por la hazaña cumplida. Despues los pelos serían ofrendados en la Virgen de Luján en plena ruta donde paras en un Spetto corrido donde arrasamos con todo lo que había de comer. Esto fue en Mendoza argentina. Ahi el rocky y el gordo valverde compitieron a quien comia mas frango y valverde termino ganando ante la mirada atónita del dueño del local.
Estábamos ya en la tribuna en aquella recordada final del 87 y arriba de nosotros los de la u de chile que alentaban al america x ser del pacifico. Nosotros colocamos nuestras banderas y la que decia fuerza diego goooll que luego la traeriamos colgada en el omnibus de ventana a ventana. Ademas de que diego fue corriendo a gritar el gol ahi mismo donde estábamos con el rocky y negó nos señalaba y nos gritaba es para ustedes!!. Luego muchos ingresaron a la cancha pese a los palos de los palos chilenos y yo me quedé cuidando los bombos. Despues al volver al hotel nos fuimos hasta el mismo hotel donde estaba peñarol y ahi desbordó la locura y los festejos. Trasante agarro mi bombo y desde la parte de arriba del hotel comenzo a golpearlo cantando con nosotros abajo mientras que el zurdo viera y goncalvez saltaban sin parar. El maestro tabarez muy serio y apático nos intentaba persuadir mientras que nos mirábamos encima de diego y scelsa no podía entrevistado casi para canal 4.
Y así fue que viajamos x egga a chile. Antes de partir el barba y rocky habian hecho aquella bandera que rezaba fuerza diego goooolll. Que luego la colgariamos de ventana a ventana en el viaje de regreso durante todo el trayecto. Pero no me quiero adelantar y durante dos dias de un largo viaje parabamos a jugar con la nieve que muchos no conocíamos. Extendiendo banderas y sacando fotos. Recuerdo que rocky recien casado optó por peñarol antes que irse de luna de miel. Evidentemente pasaron cosas que no se pueden publicar pero fue un viaje tranquilo hasta que llegamos a chile donde una banda de un grupo de chilenos nos provocó ( ellos apoyaban a los del pacifico). Pero terminaron disparado. Basto que el laco le pegara a uno y al ver bajar al rocky los morales y el gordo valverde se las vieron muy fea.
Continuando con la antesala del viaje a la final en Chile en ese partido que conte que ganamos con aquel gol del bomba Villar para luego jugar esa finalisima esa noche peñarol para asegurarse que no hiciera tiempo el america de Cali simularon ser camioneros vestidos de blanco el chino shtorne tiro tiro luis laco y otro que se me escapa. ( camilleros). Y fue asi que cuando agrega se tiraba para hacer tiempo lo mismo que cabañas eran levantados de los pelos ( gareca). Una gran maniobra de José c dominguez y el contador.
El viaje a chile en el 87 fue increíble y mágico para quienes tuvimos la suerte de viajar. Pero los días previos concurrimos a los aromos como forma de fortalecer aun mas la comunión entre hinchas y jugadores. Teníamos una gran amistad con todos ellos y Más aún con los más jóvenes. Nos sacamos fotos con los jugadores y la fe estaba intacta. Es que haber llegado hasta ahi fue todo muy batallado. Habíamos viajado a avellaneda y a river y la frutilla de la torta fue ese partido contra el america donde Villar la mete de tiro libre.
Le habíamos ganado ese clásico a nacional y éramos campeones uruguayos para mas adelante ganar la libertadores 87. Yo llevaba a diego en mis ombros y me acompañaba una ex novia muy voluptuosa y linda que otros hinchás no sabían que venia conmigo y la venian manoseado a lo que yo le decía aguanta que yo a Cristo no lo bajo de la cruz
En el año 86 tube la suerte de ingresar al campo de juego y llevar a diego aguirre en mis ombros. En el libro el éxito de la inconsciencia fui entrevistado y barre dentro de lo que se puede este episodio.
Muchos me preguntan de como Todabia no escribi un libro pero yo prefiero hacerlo Solo por estos medios e Internet ya que de publicar un libro me traería muchos dolores de cabeza ya que muchos me dirían pero como no me nombrastes? O los que me dirían a mi no me nombres que me compromete etc etc. Así que opte por no escribir ningún libro ya que no lucro con peñarol y jamás lo haría y dicho sea de paso les aclaro que yo ingrese al brou el 9 de enero del 85 por un político que no era damiani ya que damiani entro al brou en el año 86. Los que si ingresaron por el contador fueron el rocky y walter el eterno agradecido. Aclarado esto sigo narrando.
En el año 78 yo trabajaba como cadete en el diario mundocolor y el fotógrafo González me invita a ir a los aromos con la camioneta del diario!! Ese día seria mágico en mi vida ya que me saco la primer foto con morena que hasta hoy cuelgo en mi casa. Aquellos rulos ensortijados y yo con mis 17 años abrazando al idolo. Yo tenía un pacto con fotografía si llevaba en tiempo y forma las fotos desde fotografía ( ultimo piso) hasta offset en planta baja ) me podia quedar con aquellas fotos de peñarol en blanco y negro. Yo era muy flaco y volaba por las escaleras ya que el ascensor era muy lento y viejo. Fue asi que aún conservo fotos que he subido al f Como por ejemplo el nacimiento de la primer hija de morena en el hospital británico. O fotos como cuando morena sube a una de sus hijas desde la platea america a la tribuna etc etc.
Mi primer viaje con peñarol fue en los 70 a buenos Aires contra huracán en parque patricios contra el huracán de menotti donde jugaban houseman Washington etc etc. Ese día ganamos 3 a 0 con goles de morena. Un partidazo de copa y escribi babington) disculpas porque esto escribe lo que le parece. Bueno continuo; ese dia en una de las preparas de morena al alambrado para festejar con nosotros el nando quedo cara a cara con el pincha sergio salmantino y este le agarró la famosa carnita como para quedárselo de recuerdo y arrancarsela. A lo que morena lo miro serio y le dijo somos peñarol dejala. Y el pincha la soltó y fue el comentario de todos nosotros. Ahora les paso a explicar que años mas tarde este amigo Sergio salmantino seria quien concretar la la amistad entre peñarol y estudiantes ya que vivia en Argentina e iba a la barra de estudiantes. Ahora vi que escribio mal el apellido y corrijo. Sergio salmanton. Esto implicaría viajes a la plata de hinchas de peñarol e intercambios de cruzadas de hinchas a distintas casas de aquí y De alla cuando habia partidos importantes como los clásicos.
Recuerdo que alla x el año 78 estábamos juntos en un clásico separados por un cordón de coraceros en plena amsterdam y se había infiltrado en nuestra hinchada uno de nacional que cometió el error de gritar un gol a lo que la Tatiana le rebaño la oreja. Recuerdo que vino policia técnica y la membrana daba saltitos en el cemento. Luego Tatiana seria detenida y Más adelante Cataldi la sacaría de prisión. A todo esto íbamos tomando mas territorio en la tribuna y viajabamos al exterior juntando plata y vendiendo bonos que los propios jugadores nos daban camisetas para rifar y poder estar junto al equipo en el exterior. Continuará…..
Corría el año 74 y estábamos un gripe Te en la amsterdam contra la america. Aquel viejo rincón que llamábamos en forma alegre rincón de los anormales ( todos éramos fanáticos y la anormalidad prevalecía sobre lo normal). También victor hugo nos llamo locos lindos y Más tarde vendría la caterva. Era la época de la Tatiana el gordo Luis y el negro rada que amenazaba los tanques de pilsen cual si fuera un tambor. En esa epoca no había separacion de hinchadas y morena hacia las delicias de todos nosotros. ( continuará….)
Lamento no poder subir las fotos como prueba de todos estos relatos ya que este medio no me lo permite pero siempre adjunto pruebas y a ellas me remito. Bueno continuo con los recuerdos en la vieja barra amsterdam. Alla por el año 81 lleve pinturas ( tierra de colores como me aconsejo el flaco castro de la falta y resto) y los pinte a muchos esto me llevo a salir en la contratapa de la revista el libro de oro de peñarol en la revista numero 5 donde está en la tapa diego aguirre convirtiendo el gol tercero aca contra independiente.
Muy buena nota!! Viene bien recordar un poco de historia y como se llegó al segundo quinquenio.
LO DE AYER FUE UN VOLVER A EPOCAS OSCURAS, POR UN MOMENTO CREI QUE RENTISTAS ERA EL INTER DE PORTO ALEGRE.
Peñarol empató con Rentistas.Poco,poquito y nada.Cambien el chip.Algunos a la casa.Al final se acordó de jugar.Otra,lo que hizo Barrera provocando a Suárez en el clásico Que se dedique a su profesión y no opine de fútbol.Bocon igual que Ruglio.Limpieza en el club.Varios a callarse y a su casa
Linda nota, lindos recuerdos del principio del quinquenio. Tiene algunos detalles que no recordabamos o no conocíamos.
Permitaseme dudar del momento para la publicación de estos recuerdos.
No considero nada buena la gestión de Cedres, ni la de Bengoechea. Cómo tampoco fue buena la gestión de De los Santos o del Tío Sánchez…
Yo no me olvidó de Cedres goleador y Pablo que tiraba centros magistrales, y supremacía clásica. Con Don Gregorio que es una gran persona.
Pero de aquel quinquenio no hemos copiado lo que hacíamos bien. Las concentraciones, la unión…
Creo que del quinquenio aprendieron más nuestros clásicos rivales que nosotros.
No se olviden que ellos aprendieron a remontarnos los partidos, y buscaron grandes contrataciones o golpes efectistas. Comenzaron a darnos batalla desde todos los ángulos. Sacaron la chicana del Decano pusieron gente en la prensa, en el colegio de árbitros, coparon todo lo que pudieron..
Y ante todo eso, nuestros dirigentes durmieron la siesta. Y desde que empezó el siglo, nosotros somos campeones del siglo pasado..
Peñarol debe buscar la grandeza, enfocarse, buscar ser lo mejor del país otra vez.
Hay que buscar técnicos y preparadores físicos europeos. Enfocarse en profesionalizar y no traer ex jugadores para cumplir funciones que deben desempeñarse por profesionales.
Y nuestro Presidente que hable menos… No entiendo que fue a hacer a Europa, a ver al Real Madrid, ni una idea se trajo?
Esto hay que darlo vuelta. Desde adentro.
El peor rival de Peñarol es el propio Peñarol…
Magnífica reflexión. Ojalá después de estos 23 años de fracasos aprendamos algo nosotros y logremos cambiar pisada para lo que viene. Arriba manya!
Eso es historia , dejen las glorias en paz , solo verguenza nos da a quienes vivimos y vimos esas glorias , ver hoy en Peñarol a ciertos jugadores y delanteros vistiendo la misma camiseta que tantos gloriosos vistieron y con ella subieron al pedestal de la gloria y con ella los pun tos se ganaban en la cancha …ellos los ganaban y la hinchada no los perdía en sanciones … el Club ganaba dinero y gloria y no multas y sanciones … ,hoy es otra sociedad , otros intereses , otro Mundo y nosotros cada vez estamos mas lejos …
Nací en Febrero del 92’… 30 años y pico, crecí entre caravanas y gritos del 4*4 de Peñarol y su quinuqenio, mi abuelo tenía una vitrina llena de reliquias del carbonero , mi padre, me contaba cómo era ganar a lo Peñarol, imposible ser hincha del equipo que lo daba todo. Fui creciendo y mientras más curioseaba sobre este club, más hincha me hacía y soñaba con ir a la Amsterdam. Hasta que mataron a un hincha de cerro, me dediqué a ir a la olímpica. Fui viendo cómo no le ganamos a nadie y obtuve o presencié chispasos de gloria, 5 a 0 a Nacional, finalistas de la libertadores 2011. Yo mamé un Peñarol, y hoy tengo mi bebé de 20 meses que aprendió a señalar el escudo y decir Peñarol. Pero no sé si elegirá ser hincha de un club que no gana, que siempre pierde o empata, que no corren, ni tienen sangre, que perdieron el orgullo, que los hinchas, destrozan y llevan banderas de muertes en complicidad con la directiva onerosa y vende humo.
Simplemente me preguntó, seremos el club más popular en las siguientes generaciones?
Ya no tengo glorias que contarle a mis hijos. No las viví, ellos viviran una alegría?
Vamos Peñarol! Renuncien los que no quieren ver el daño presente y a futuro que le hacen al club
Dejá de comerte el verso de que somos los malos de la película!
A los 30 años te comés ese verso .
Cometieron un ataque terrorista partiendo de su propia sede y vos salís con eso !
Yo no me cómo ningún verso. Yo no quiero la violencia en el futbol y punto. Que está y existe, lo sé, ningún gil soy. En todas las charlas siempre dije que a Peñarol lo vienen provocando hace tiempo. Sean periodistas o albos las provocaciones que se nos hizo en el clásico todo el día intensamente repudiables. Pero no , no por eso voy a dejar de decir que la violencia y las canciones de muerte y las banderas de muerte, sean por causas «justificadas» me representan. Yo quiero a Peñarol libre de violencia y a favor del cuadro. Cuando hacíamos gol gritábamos Peñaroool Peñaroool y ahora ni eso. Sólo están para la mafia estos giles. La idea era que no se juegue el clásico o que no se termine, barras de los dos lados me lo dijeron el día anterior. Así que no me vengas con pavadas que bien informado estoy
Mirá, te voy a decir algo que nadie va a estar de acuerdo conmigo y como sabrás poco me importa, pero antes aclaro que yo tampoco estoy de acuerdo con la violencia. Ni la violencia física ni mentir que también es violencia.
Ahí va: cierto tipo de violencia es inherente al fútbol acá, en la China y en cualquier lado.
Hay que leer más de sociología y antropología desde los orígenes del fútbol hasta nuestros días.
Por ejemplo hay que leer qué representa hinchar por un club de fútbol. Y la pregunta también inherente es : hinchamos realmente por una camiseta o por otra cosa ?
Hay que leer más.
Saludos
Aclaro que el ataque a Santa Lucía no es inherente al fútbol.
Eso tiene su origen en los discursos de odio continuos de Nacional . Cómo por ejemplo «cultura Nacional «.
Lo que pasa es que estás pensando que soy un burro y que tengo que leer más. De hecho lo hago, porque me gusta informarme y el saber no ocupa lugar. Sí voy a tu primer comentario , tu propuesta es una guerra civil con la gallina porque es necesario saldar cuentas de muertes y estar al día con ellos es la mejor opción. Y si te quedas ahí nunca voy a saber qué es social y qué es inherente al fútbol. Es como si sacaras al fútbol de la sociedad. Mientras tanto no las familias de las verdaderas víctimas, de cerro, el de nacional que le pegaron un tiro por sicariato y los pibes de Peñarol que fueron asesinados sin motivo por vestir un camiseta. El futbol puede ser sin matones? Sí, Fiorentino los echò a la mierda en el Real, y también fueron expulsados de algunos clubes de Inglaterra. Para mi, la respuesta del club tiene que ser más victimista que bélica. Hacer campañas fuertes, de acompañamiento a los familiares, que se hable del sufrimiento de las pérdidas, que se diga que matando a otro no revivis a nadie, que no se le pagué ni dediqué espacio a estos delincuentes. Pero ta, mientras tanto el status Quo es el de guerra civil….
Guerra civil ? Yo propongo eso ?
Flaco, en un buena, vos estás bien ?
Guerra civil= hipérbole, es una figura literaria que se usa para exagerar al punto de que cause impacto en el lector. Las figuras literarias las aprendes en el ciclo básico.
Saludos.
hipérbole, me gustó tu respuesta.
Este tipo de intercambio me gusta.
Saludos y todo lo mejor para tu pequeño hijo que no tengo dudas será un manya de ley. Sin ningún tipo de ironía mi mensaje.
Saludos y arriba nosotros!
Vamos Peñarol! Sin dudas estamos en la mejor opción!!!
Creo que ahora se está trabajando para re-editar esas épocas de gloria..
Con Billy Arce Hernan Rivero Bonifaci Milesi Busquets Bentancur y no quiero olvidarme del capitán con su gran aporte vamos por buen camino…
Sumado a este plantel tremendo no me quiero olvidar de la dirigencia que marca el camino a seguir…