No era un partido más: era revertir la imagen de lo que fue el pasado fin de semana en el Estadio Centenario ante Torque, era volver al nivel que el Decano había mostrado desde mitad del año pasado a esta parte, era sacar a flote la jerarquía del plantel, era ganar; y se cumplió con todo, y de qué manera.

La fiesta estaba armada, los hinchas en las tribunas pusieron su parte, llegaba la hora de los jugadores, aquellos que nos dieron muchas alegrías en tan poco tiempo. Repasamos las claves del triunfo:

El arco

Kevin Dawson fue decisivo para mantener el cero cuando a los 7 minutos le tapa un mano a mano clarísimo a Javier Toledo. Luego, Atlético Tucumán no tuvo muchas situaciones de gol, pero las que tuvo, el 12 respondió notable y se agiganta como figura clave de este Peñarol.

Defensa

Si bien la pareja de zagueros de Fabricio Formiliano y Ramón Arias le da tranquilidad al hincha y al equipo, ayer tuvieron mucho trabajo, sobre todo en el segundo tiempo. Alternaron buenas y malas.

Los laterales tuvieron un gran partido, Guillermo Varela se proyectó menos que en otros partidos porque el encuentro lo llevó a eso, pero se comprometió con la marca y cumplió con creces como habitualmente lo hace. Además fue el dueño de la primera gran ovación de la noche. Rodrigo Rojo, la grata sorpresa, bien en la marca y bien en la subida dándole opción de pase a los compañeros. Completó un gran partido con un gol más que merecido.

Mediocampo

Por acá pasaban las mayores dudas, no para el entrenador que repitió lo que puso en cancha el sábado, sino para el hincha, el impaciente. Guzmán Pereira en el doble cinco era el cuestionado, y callado, se plantó y un jugó un partido de Copa Libertadores, con dientes apretados, dejando todo por Peñarol.

Los extremos; por un lado Fabián Estoyanoff, que no repite el rendimiento del año pasado, pero que jamás te deja a pie. Si sabrá de estos partidos, y es influyente en el resultado. Por el otro lado Canobbio, el jugador más desequilibrante que hoy tiene el fútbol uruguayo, atrevido, encarador, comprometido. Todo eso tiene.

No se pongan nerviosos, no me olvidé que al lado de Guzmán jugó un tal Cristian Rodríguez. Podríamos aburrir al lector escribiendo sobre él, pero no, disfrutemos este gran capitán. LA FIGURA DEL PARTIDO.

El ataque

Maxi Rodríguez tuvo un buen primer tiempo, cuando no le llegaba se tiró a buscarla más atrás, la cuidó, generó faltas. En el segundo tiempo entró menos en contacto con la pelota pero cada vez que la tocó, el equipo descansó y en esta clase de partidos eso es importante. Sin dudas puede y debe dar más, pero es un clase A que va a darle mucho al Aurinegro.

El “Toro” no tuvo su chance, la del “9”, pero hizo un buen trabajo, pivoteó, se tiró a los costados, cuando pudo encaró, ganó de arriba y generó infinitas faltas de mitad de cancha hacia arriba.

En el fútbol, hay quienes dicen que los suplentes son tan o más importante que los que están adentro porque son los que pueden definir un encuentro. La verdad es que tanto Mathías Corujo (de gran ingreso), Giovanni Gonzalez, y Cristian Palacios (quien asistió a Rojo en el último gol) entendieron a la perfección lo que Peñarol se jugaba, y tuvieron muy buenos minutos.

La fiesta estaba armada, los hinchas en las tribunas pusieron su parte, era la hora de los jugadores. Tranquilos nosotros…