Allá, en la lejanía, 1916; Europa era protagonista de la mayor guerra conocida hasta el momento donde la destrucción y la muerte eran moneda corriente; Albert Einstein le presentaba al mundo su Teoría General de la Relatividad lo que daba comienzo a una nueva etapa a nivel científico; mientras, Sud América que miraba atónita los acontecimientos en el viejo continente organizaba su primer Campeonato Sudamericano de Selecciones de Fútbol que fue ganado por la Selección de Uruguay.

El Uruguay era gobernado por el Dr. Feliciano Viera, y en lo político se encaminaba a una reforma constitucional que garantizaría el acceso de las minorías a la vida política, consagraría derechos individuales elementales, establecería un sistema de gobierno colegiado inspirado en el modelo suizo, y separaría al Estado de la Iglesia Católica. La figura del Gral. José Artigas se estaba comenzando a consolidar como nuestro Prócer de la Patria dejando atrás las épocas del militarismo y caudillismo.

Montevideo disfrutaba de La Generación del 900, los bares eran centros donde las artes literarias y la cultura en general se pregonaban con inusitada pasión. La clase media uruguaya alcanzaba altos estándares en lo que se refiere a calidad de vida, y el Uruguay era la Suiza de América no sólo por el nivel de vida social, sino también, por encontrarse a la vanguardia de los debates filosóficos más importantes de la época: el positivismo, el liberalismo y el anarquismo. A nivel estético, la excentricidad había ganado terreno y aceptación social.

El Football era por aquellas épocas uno de los espectáculos deportivos de mayor convocatoria junto al Turf. El Club Atlético Peñarol y el Club Nacional de Football dominaban la escena futbolística de la época. Sus Presidentes el Dr. Francisco Simón y el Dr. José María Delgado no escapaban a las estructuras de la época, eran personas destacadas y respetadas en sus actividades profesionales y políticas que también las tenían. Simón y Delgado tenían muchas diferencias, mientras Simón era Abogado, Educador, Colorado y de Peñarol, Delgado era Médico, Poeta, Blanco y de Nacional. Sin embargo dos personas con intereses y actividades tan disímiles tenían en común la caballerosidad, la hidalguía y el respeto mutuo, valores sociales que hacían al Uruguay de cien años atrás. Y esto último quedó demostrado con contundencia en la noble carta enviada por el Dr. Delgado, en su calidad de Presidente del Club Nacional de Football al Presidente del Club Atlético Peñarol, el Dr. Simón.

El Dr. José María Delgado fue el Presidente más importante de la historia de Nacional, manejó con suma firmeza un momento crítico que vivió su Club y logró, a través de su gestión, popularizar al Club Nacional de Football rompiendo con la hegemonía de las élites que lo habían fundado y lo dominaban. El Dr. Delgado saluda y celebra los 25 años de vida de Peñarol y reconoce a nuestro Club no sólo logros deportivos sino: “(…) su esfuerzo por salvar las vicisitudes, con que ha tenido que luchar para llegar al florecimiento en que actualmente se encuentra.-”. El Dr. Delgado hace referencia clara y expresa a la dura transición que vivió Peñarol entre 1906 y 1913, felicita por nuestro esfuerzo y se regocija por nuestro presente. Un caballero.

Cuestionar o pretender disfrazar el ánimo del Dr. José María Delgado y la directiva del Club Nacional de Football transcripto en carta enviada al Dr. Francisco Simón y la directiva del Club Atlético Peñarol, es cuando menos, faltarle el respeto a tan ilustres y destacadas personas de la época y también cuestionar el alto nivel intelectual y cultural de quienes fueron testigos presenciales de los hechos que hoy son objeto de discusión por una minoría del ambiente del fútbol que lamentablemente no han continuado por la senda marcada por sus antecesores.

A cien años de tan destacada misiva, que no fue una simple nota de felicitación para cumplir con formalidades, sino que representó el sentir y los valores de una generación que fue testigo de buena parte de nuestra historia, y que comprendía que el Football se trataba de una sana competencia, no tenemos más que recordar dicho saludo con nostalgia y hacer votos porque en algún momento, quienes deben administrar pasiones populares lo hagan con la caballerosidad y responsabilidad que en su momento lo hicieron el Dr. José María Delgado y el Dr. Francisco Simón.

Grupo de Historiadores del Club Atlético Peñarol