“En el entretiempo sabíamos los resultados de los otros equipos. No salimos de la mejor forma a jugar el segundo tiempo y Wanderers nos manejó muy bien la pelota, con jugadores que están muy bien trabajados. Nos convirtieron y ahí salió la rebeldía fundamental para esta clase de partidos y se pudo ganar”.

Estas eran las primeras palabras para la televisión de un capitán con todas las letras. A los pocos minutos del gol bohemio apareció el 22 con la cabeza para mandarla a guardar. “El empate llegó en el momento justo. Tuve la suerte de poder convertir pero el gol fue de “Carlitos” (Grossmuller). Él me avisó, me hizo seña que la iba a poner ahí, yo sólo tuve que poner la cabeza, y después Fabián puso el segundo para traernos un poco de tranquilidad a todos”. Con respecto al resultado, Darío, que terminó con un corte muy cerca del ojo izquierdo, dijo que para él «era lo más justo, por más que Wanderers nos sacó la pelota en un momento del partido, las jugadas más claras de gol las tuvimos nosotros”.

Ante la obvia pregunta de si Peñarol estaba para campeón el próximo fin de semana, el capitán del Padre y Decano respondió que “no hemos ganado nada, hay que seguir trabajando con humildad de la verdadera, no la falsa humildad. Hoy estamos en una situación privilegiada, pero no nos podemos olvidar que estuvimos abajo, por eso tenemos que estar con la cabeza bien puesta y mirar la tabla cuando todo haya terminado. Mientras tanto tenemos que seguir pensando que el próximo partido siempre es el más importante, porque además, todavía no ganamos nada”.