No se puede jugar tan bien un primer tiempo y tan mal un segundo tiempo. Peñarol cayó 3 a 2 ante Palmeiras y regaló un partido increíble. Lo tenía controlado, el rival no había pateado al arco y con goles de Affonso y Arias nos llevábamos un triunfazo.

En el complamento tiramos todo por la borda. Cometimos errores infantiles y perdimos el partido. El equipo desapareció en la segunda mitad y los brasileños dieron vuelta el juego. Noche para el olvido de nuestro arquero.

En el final, incidentes en la cancha y luego se trasladó a las tribunas.