Decanato

“En los anales de Football sud-americano se registran pocos casos como el del club que usted dignamente preside, que haya actuado durante cinco lustros en la vida activa de los fields, conquistando en esa prolongada actuación reconocidos prestigios»

Las Bodas de Plata que celebrará próximamente el Club Atlético Peñarol son la demostración más evidente de una existencia feliz, coronada de triunfos indiscutibles, así como de su esfuerzo por salvar las vicisitudes con que ha tenido que luchar para llegar al florecimiento en que actualmente se encuentra.

El Club Nacional de Football que presido, no ha querido dejar pasar esa fecha por muchos conceptos memorables para expresarle sus más sinceras felicitaciones, que deben ser las de todos los que simpatizan con el noble Sport, a cuyo desenvolvimiento ha contribuido en forma directa el Club Atlético Peñarol.

Reiterando mis votos y los de los compañeros de Comisión por la prosperidad en el futuro de Peñarol, me es grato repetirme de Ud. con consideración y estima.”

José María Delgado, presidente del Club Nacional de Football, a Francisco Simón, presidente de Peñarol, en carta del 10 de octubre de 1916.

Así continuaron las cosas durante más de 20 años y en cada aniversario la directiva de nacional felicitaba a sus pares de Peñarol.

Nota enviada por Nacional en 1936
“La Comisión Directiva del Club Nacional de Football ha resuelto expresar al Señor Presidente por mi intermedio sus congratulaciones con motivo de celebrar el C.A. Peñarol el 45 aniversario de su fundación”.

Firma: José María Reyes Lerena, Presidente
Rodolfo Gorriti, Secretario

1924, primer libro de historia del Club Nacional de Football

En este libro, homologado y con un extenso prólogo del ex presidente de Nacional, José María Delgado –quien más años ejerció ese cargo hasta el presente en dicho club-, se refiere de principio a fin cada vez que se quiso mencionar al tradicional rival, con el nombre de Peñarol, incluso al referirse a la campaña de 1900, se cita al CURCC seguido del Peñarol. En las páginas 55, 59 y 63 que pertenecen a los comienzos de 1913,1914 y 1915 respectivamente, no se hace mención ninguna a un hecho que, como todos los documentos de la época rezan, fue un mero trámite interno, al que nadie se opuso ni siquiera en lo más mínimo, nada, ni un ápice en cuanto a la oficialización del nombre Peñarol. Menos hablar de que fuese una nueva Institución, nada se comenta en esas páginas como tampoco en ninguna posterior. Sólo se ajusta a la verdad de los hechos, nadie tenía dudas de quién era quién, pero era otra época y sin duda otros hombres.

Cabe recordar que en esa época el ser hincha, simpatizante o partidario de un Club, no significaba odiar a otra Institución. Luego llegaría el Cisma en 1922, donde creemos que dada la actitud tomada por Nacional, las relaciones no serían jamás las mismas.
Recorriendo las páginas de este libro se puede apreciar que no sólo se nombra a Peñarol como viejo rival tradicional, entre otras denominaciones, sino que por si fuese poco, también y para que nadie tenga dudas, se nos denomina… ¡DECANOS! refiriéndose con ese nombre también a nuestro Club. Ahí está la VERDAD escrita por ellos mismos, de su puño y letra, por los actores de la época, no los nuestros, sino los de ellos. Se nos denomina DECANOS antes y después de 1914, no una ni dos o tres veces, sino SIETE veces. Por primera vez nos lo dice la foto que aparece entre las páginas 10 y 11, después en la 16 y 55 todas antes de 1914. Las otras cuatro son POSTERIORES y se encuentran en la página 65 ya en la temporada de 1915, la 88 que corresponde a 1919, la 89 correspondiente al mismo año y la 96 que va en la temporada de 1920.

 

1938, de una mentira de pocos a una mentira nacional
Corría el año 1938 cuando en la audición partidaria “Espacio nacionalófilo” se lanzó la tesis de que Nacional sería el auténtico decano. Iban 4 años consecutivos -situación inédita hasta entonces- con Peñarol Campeón Uruguayo.

Inmediatamente se instala una doble polémica, por un lado la discusión del decanato y por el otro una lucha política interna en Nacional, en la que el grupo impulsor de esta tesis, distinguiría como verdaderos nacionalófilos sólo a aquellos que la aceptaran (actitud fundamentalista y discriminatoria).

La cuestión del Decanato pasó a ser, un elemento de presión en las luchas políticas del club, al apoyarse o cuestionarse candidatos por ese solo tema.

Una muestra de inconsistencia en la postura de aquel grupo minúsculo de asociados, es la situación desencadenada ante la postura del club parquense en participar del Cincuentenario de Peñarol, en donde encabezó el desfile.

Tal era la presión que estos socios ejercían a la Comisión Directiva, que el mismo club informó que participaría de los homenajes, pero que éste hecho no implicaba reconocer el decanato. Acto éste, de contradicción llamativa y graciosa, por un lado se adhiere al homenaje y por otro no se reconoce la antigüedad que era el motivo del mismo.

En el año 1950 al festejarse el cincuentenario de la AUF, Nacional tomó posición oficial a través de su delegado ante la junta dirigente, Eugenio Volpe, quien impugnaría manifestaría oficialmente por primera vez no reconocer el decanato peñarolense. Cabe aclarar que tal desconocimiento nunca se reflejó en acción reglamentaria, administrativa ni jurisdiccional alguna; habiendo expirado largamente y ya por entonces, todo plazo que de proceder, hubiera habido para hacerlo. Cabe preguntarse porqué nunca intentaron acción alguna dentro de marcos legales, reglamentarios o jurisdiccionales, y cabe estimar que nunca lo hicieron por saber carecen de argumentos válidos o aún creyendo tenerlos por saber están caducados todos los plazos para intentarlo..

Desde éste momento, la mentira comenzó a ganar adeptos y con el correr de algunos años se hizo desaparecer el término Decano del léxico de todo periodista que se proclamara independiente.

El término Decano, era utilizado desde siempre por la prensa oral y escrita para promocionar los partidos de Peñarol e informar de todo lo referente al equipo, incluso antes del cambio de nombre.

En el año 1990 al aproximarse los festejos del Centenario de Peñarol en 1991, se designó internamente por el Club Nacional de Football una Comisión por el Decanato de ese club.

En mayo de 1991, se publicó el informe de 64 páginas que constituye el documento que expone hoy la posición oficial de Nacional.

La tesis nacionalófila está cimentada en premisas no probadas (por no decir FALSAS), en interpretaciones rebuscadas y totalmente descontextualizadas, armadas en un ejercicio de recorte y pegue de textos y párrafos, que tienden a tergiversar los hechos, induciendo a tomar como verdad algo que no es tal. (véase “Peñarol: La transición de 1913 y la Cuestión del Decanato”, Dr. Luciano Álvarez, 2001); adoleciendo además de trascendentes errores jurídicos (al respecto, véase “1891: La Fundación – Porqué Peñarol es el Decano (social, ética y jurídicamente) – Esc. Daniel Quintana, 2ª edición 2015).

El Club Nacional de Football sostiene su postura en base a tres argumentos pilares

  1. Una interpretación de los acuerdos surgidos del proceso de negociación interna entre las autoridades del CURCC y el grupo de socios, colaboradores e hinchas que propugnaban el cambio de estatutos en 1913. Según esta primer tesis, las antiguas autoridades y socios activos del CURCC, obligaron a los disidentes a crear una nueva institución, mientras ellos mantenían la propiedad del “auténtico CURCC”.
  2. Ante este hecho los socios disidentes, en complicidad con la vieja directiva, habrían fraguado una asamblea de socios del CURCC, que el 13 de diciembre de 1914 consagró el cambio estatutario necesario para decretar  la continuidad institucional CURCC- PEÑAROL. Basados en ese acto que califican (erróneamente decimos) de “jurídicamente nulo”, habrían inducido a engaño a las autoridades de la Liga y a los demás clubes, que aceptaron los hechos como de mero trámite, otorgándole a Peñarol la posibilidad de mantener la afiliación a la Liga y todos sus derechos consecuentes.
  3. El CURCC y el Club Atlético Peñarol coexistieron, tanto en carácter institucional como deportivo, desde diciembre de 1913 hasta enero de 1915.

Para demostrar la inconsistencia de la tesis del club Nacional, hay que: a) recurrir a un prolijo análisis jurídico (recientemente hecho, véase “1891: La Fundación…” precitado); y también; b) explicar cómo y por qué se produjo la separación del club de fútbol afiliado a la Liga, de la Empresa que los administraba (véase “Peñarol: La Transición de 1913…” precitado).

Veamos esto último: En 1906 Charles W. Bayne sucedió a Frank Hudson como administrador general del Ferrocarril.

La empresa atravesaba por un período difícil y Bayne trazó un severo plan de ajuste que implicaba un reordenamiento interno y la denuncia de los acuerdos con la Unión Ferroviaria. También consideraba que el club Peñarol era un problema que había superado las intenciones originales de la empresa y por lo tanto debían cambiarse las reglas.

El Directorio de Londres, había dado órdenes expresas, de evitar gastos innecesarios, estimular el tráfico de cargas, y el transporte de pasajeros, de poner orden en los servicios y estimular el celo de los empleados.

Cabe mencionar que el año anterior, se habían gastado mil ochocientas cincuenta libras esterlinas en arreglos de vagones destrozados a causa del fútbol al regresar de Villa Peñarol, agravado  por el refuerzo de trenes que la empresa hacía los días de competencia, los jefes de los talleres se quejaban de la ausencia de obreros especializados que eran jugadores del club y el rendimiento del taller era bajo.

Cuando una delegación del CURCC invitó al Sr. Bayne a aceptar la presidencia del club, tal como había acontecido con los 2 anteriores administradores, éste no tomó el mismo camino de aquellos y además de no aceptar, sugirió que no se jugaran más partidos en la Villa Peñarol y sacar el club de allí.

Este fue el comienzo de un deterioro gradual en la relación entre el Club y la Empresa que llegó a su fin en el año 1913, año en el cual se produjo la Independencia del Club en cuanto a ya no seguir a la empresa ni en la política de sus jerarquías ni en la vinculación fuerte con ésta (que ejercía una especie de, en términos actuales, “sponsoreo” de la asociación civil).

En 1913 Peñarol vivía una profunda crisis institucional, deportiva y disciplinaria, situación que venía arrastrando de años anteriores, con lo que desde 1912 se comenzó a discutir la situación en busca de soluciones.

Hay tres hechos fundamentales que explican el proceso de tal independencia, la asamblea del 2 de junio de 1913, las negociaciones posteriores y el aval que la asamblea de socios del 13 de diciembre de 1913 otorgó al acuerdo.

La discusión se basaba en que las autoridades del Ferrocarril y seguramente algunos socios empleados, pretendían que la asociación civil Peñarol volviese a ser una institución meramente recreativa abandonando la participación en la Liga y su inmensa popularidad y potencia deportiva.

En la asamblea del 2 de junio se trató la inclusión en los dos primeros artículos del estatuto, en el primero se agregaba el nombre de Peñarol a la sigla CURCC y en el segundo se aumentaba de ocho a trece el número de miembros de la directiva, otorgando tres plazas a los socios no empleados, que así se integrarían a la administración del club.

Con lo primero se buscaba oficializar el nombre que desde siempre había identificado al club, y con lo segundo se buscaba legitimar las importantes funciones de gestión y aún directrices que los socios no empleados cumplían desde hacía tiempo.

La moción por el cambio de estatutos fue derrotada. Según testimonios de quienes rechazaron las mociones y posteriormente luego fueron figuras representativas de Peñarol después de 1914, se opusieron porque los cambios pretendidos implicaban la permanencia del club con todos sus inconvenientes cerca de los talleres, en la propia Villa, no contribuyendo con la relación tirante y ya desgastada con la empresa.

Luego de esta Asamblea, los peñarolenses continuaron trabajando para salvar el club y en los meses siguientes plantearon las bases de un acuerdo que se concretaría en diciembre.

El acuerdo consistió en:

  • • La autonomía política (ya no los jerarcas de la empresa, solo por serlo, serían socios e integrarían la Comisión Directiva del Club), económica (ya no habría “sponsoreo” por parte de la empresa), y consecuentemente administrativa de la asociación civil; asociación civil cuya actividad primordial, casi única, era la de la “Sección Fútbol”, por la cual estaba afiliada a la “Liga Uruguaya de Football”, a la cual había fundado en 1900 junto a otros 3 clubes (luego desaparecidos).
  • La salida de la asociación civil(esta Sección) de la Villa de Peñarol, donde no se jugarían más partidos por la Liga, ni de Peñarol ni de ningún otro club.
  • Un proceso de transición que implicaba que los candidatos a integrar la comisión a elegirse, así como el proyecto de reglamentos y estatutos que habrían de proponerse a la asamblea, fueran acordados previamente entre la Comisión Directiva del CURCC y la Subcomisión encargada del club de fútbol de conducir la práctica del fútbol de dicha asociación civil.
  • • Una “separación de bienes”. Quedaría en manos de dicha asociación civil club de fútbol todo aquello que representaba al club CURCC futbolísticamente; mientras que los demás bienes muebles y los inmuebles, facilitados casi en su totalidad por la empresa para su uso por la asociación civil, volverían a aquélla, que seguiría apoyando la práctica del cricket por parte de quienes en forma meramente recreativa quisieran hacerlo; y los dineros existentes terminarían siendo donados al Hospital Británico (prestador de salud para los funcionarios de la empresa) dada la dificultad de determinar si pertenecían y en qué monto a la empresa o a la asociación civil. permanecerían en la sección que se mantendría dentro de la empresa.

Con lo anteriormente dicho, se da por tierra al primer punto que sustenta la tesis del club Nacional, en donde sugiere que las antiguas autoridades y socios activos del CURCC, obligaron a los disidentes a crear una nueva institución, mientras ellos mantenían la propiedad del auténtico CURCC.

Observando el acuerdo se puede apreciar que se trata de concesiones recíprocas, en donde ambas partes –empresa y socios de la asociación civil- aportan para lograr la continuidad de la asociación civil en forma ventajosa, tanto para la Empresa como para aquélla, que seguiría afiliada asociada a la Liga a través de su Sección Fútbol, que era lo que importaba, era lo que realizaba su principal finalidad social.

En un segundo punto, Nacional supone la nulidad de la Asamblea, considerando dicho acto como jurídicamente nulo.

La asamblea, llevada a cabo en el local de la Liga Uruguaya el 13 de diciembre de 1913, constituye el acto que cierra el proceso de negociaciones, y produce la culminación del proceso de Independencia fáctica de Peñarol de la empresa ferroviaria. En ella participa un grupo de socios empleados y los líderes del grupo de socios y partidarios no empleados.

Dado que reconocidos historiadores del Club Nacional de Football admiten la continuidad C.U.R.C.C. – Peñarol desde el aspecto sociológico queda como buena parte del argumento de Nacional se sostiene en el sostener el cuestionamiento de la validez de la asamblea del 13 de diciembre de 1913, aludiendo que quienes resolvieron en ella, no poseían facultades para hacerlo, ya que con excepción de tres o cuatro, el resto carecía de voz y voto por ser socios no empleados.

Mas allá de carecer de pruebas referentes al tipo de socios que participaron, también la tesis presenta otra inconsistencia ya que según las normas legales y estatutarias vigentes en la época, expresan su validez en su artículo 1 del estatuto en donde dice que “los socios no empleados no tendrán ni voz ni voto en la administración del club”, esto significa que no podían integrar la directiva, que no tenían injerencia en funciones gerenciales del club, o sea la contratación, la constitución, la cancelación o negociación de obligaciones patrimoniales. En resumen todo aquello en que estén comprometidos los bienes del club y también los de la empresa ferroviaria.

Cabe mencionar que desde 1906 se distinguen los socios cooperadores de los socios con voz en las Asambleas (los primeros socios no empleados).

Como mencionamos anteriormente, muchos socios no empleados, realizaban tareas de trascendencia en el club, como por ejemplo, la delegación de Peñarol ante la liga ejercida por Luis A. Borretti.

En resumen, una vez culminada la Asamblea del 13 de diciembre de 1913, lo que se había acordado era la constitución de dos secciones, dentro de la misma institución, autónomas en lo político y sobre todo en lo económico, hijas de un mismo tronco nacido el 28 de setiembre de 1891.

Posteriormente a la Asamblea se procedió a la consolidación política e institucional de Peñarol. El 16 de enero se comunicó a la Liga la integración de la nueva directiva y el 17 de marzo de 1914 la Liga Uruguaya de Football dio entrada a una nueva comunicación oficial del Central Uruguay Railway Cricket Club, esta vez datada en Montevideo el 14 de ese mismo mes, dirigida a su presidente Abelardo Véscobi, informando de la modificación en los estatutos en donde de ahora en más se designará con el nombre de CLUB ATLÉTICO PEÑAROL.

Ese día La Liga respondió:

 

Montevideo, marzo 17 de 1914
Señor Presidente del C.A.Peñarol:

Muy señor mío:

Me complazco en llevar a su conocimiento que la comisión de la Liga ha tomado nota del cambio de nombre de ese Club, determinado por la Asamblea de Socios del mismo.

Aprovecho esta oportunidad para saludar a Ud. cordialmente.

Abelardo Véscobi- Presidente.


Personería Jurídica
La personería jurídica de la asociación civil consolidaría la viabilidad de la autonomía económica del club, incluso los dirigentes ya habían intentado sin resultados, antes del proceso de independencia, que la empresa gestionara la personería jurídica.

El 13 de abril de 1914 se produce el hecho que concluye definitivamente el proceso de transición. Con la firma del Presidente de la Republica, José Batlle y Ordóñez, y de su ministro del Interior, Feliciano Viera, se otorga la personería jurídica al Club Atlético Peñarol, antes denominado Central Uruguay Railway Cricket Club.

“ATENTO: a que los estatutos de la referencia no contienen ninguna disposición que sea contraria a nuestra legislación positiva”

Como se ve, la continuidad CURCC-Peñarol queda consagrada en el texto de la resolución y en el artículo 1 de los estatutos del Club Atlético Peñarol, que decían:

“Con domicilio en la Ciudad de Montevideo, con el nombre de Club Atlético Peñarol se designará en adelante el denominado Central Uruguay Railway Cricket fundado el 28 de setiembre de 1891”.

El Club Nacional ha sostenido que “el otorgamiento de la personería jurídica no significa otra cosa que la autorización para funcionar como persona jurídica y no puede de modo alguno […] transformar en verdad histórica algo que no lo es”. Ello es un claro e indebido desconocimiento del valor jurídico que en un Estado de Derecho tiene tal Resolución del Poder Ejecutivo de la República dictada en el ámbito de sus facultades, además de no haber sido jamás recurrida y de ya no poder ser objeto de recurso alguno.

Ahora bien, la eventual usurpación de la identidad de un club con 22 años de antigüedad, como sostiene Nacional, no constituye una simple falsedad histórica, puesto que tal asimilación del CURCC con el Club Atlético Peñarol implicaba consecuencias patrimoniales y jurídicas, es decir que si tal cosa fuera falsa, se estaría en presencia de una estafa mediante la cual una organización se apropiaba de los bienes físicos y simbólicos de otra, ante la entonces inexplicable pasividad de sus asociados y la complicidad de un gran número de personas, lo que jamás fue siquiera supuesto por quienes vivieron esos aconteceres.

El reconocimiento pues de la personería jurídica en estos términos, elimina definitivamente, si ello fuera necesario, toda posibilidad de cuestionamiento sobre la continuidad CURCC- Peñarol.

Primer libro de historia del Club Nacional de Football, en dicho libro RECONOCEN el decanato de Peñarol


La coexistencia de dos equipos: CURCC y Peñarol
El argumento más divulgado entre sus parciales para negar que los hechos de 1913 hayan sido una transición, es la coexistencia a lo largo de más de un año de dos equipos que incluso jugaron simultáneamente, CURCC y Peñarol.

Para entender el tema, hay que tener presente lo anteriormente mencionado, una asociación civil que internamente tenía dos secciones con cierta autonomía en lo político y en lo económico, por un lado la más importante social y deportivamente que se limitaba a la práctica del fútbol federado (Sección «Football») y por otro lado una pequeña parte del viejo club que siguió practicando el cricket y el fútbol sólo en su versión recreativa, con tan poca dinámica que ni siquiera se inscribió en las ligas barriales.

El club Nacional, ha intentado hacer creer que luego de 1913, subsistieron dos instituciones que practicaban el fútbol aparentemente en un mismo nivel.

De 1914 se encuentran registros de tres partidos jugados por los empleados del ferrocarril, quienes de haber usado el nombre no lo hicieron indudablemente pretendiendo ser la asociación civil fundada el 28 de setiembre de 1891, además de que ni ésta ni sus socios ni sus partidarios tenían interés en conservar tal nombre, y ni la prensa ni la afición deportiva toda identificaban a aquélla por tal nombre sino por el que siempre conocieron “Peñarol”. De esos partidos, uno de ellos fue contra un combinado de tres equipos de Rivera en Rivera, otro en la ciudad brasileña de Santana do Livramento contra el 14 de julio y otro contra el Patria, un cuadro que participaba en ligas de barrio. De más está decir que los mismos eran partidos amistosos sin otra finalidad que la recreación, con un equipo del ferrocarril integrado por empleados, aficionados, ex jugadores retirados y 4 miembros del plantel principal de Peñarol, que por diversas circunstancias no estaban a la orden y reforzaron al equipo de recreación en forma trivial.

Es absurda la teoría de que Peñarol y el CURCC compitieron simultáneamente, ya que comparar la actividad de uno (asociación civil con personería jurídica y antigüedad reconocidas oficialmente, compitiendo en la máxima y federada categoría del fútbol del país), con la del otro (grupo de compañeros de trabajo y amigos que se reúnen ocasionalmente unas pocas veces para jugar fútbol como recreación) sería lo mismo que comparar en los días que corren a un equipo de primera división no ya siquiera con un equipo que compite por ejemplo en la Liga Universitaria, sino en amistosos de barrio.

Luego de todo lo expuesto no queda otra cosa más que decir que…

…felices y jóvenes 124 años de gloria Club Atlético Peñarol, Padre y Decano del Fútbol uruguayo!